
Todo parece como en un sueño profundo, me siento como en otra dimensión.
Puedo sentir un viento leve que acaricia mis cabellos, estoy sentada bajo un árbol de grandes ramas que forma una acogedora sombra, estoy plenamente tranquila, con paz interior, siento como el prado está aún húmedo dejándome sentir más armonía, pero de repente esa sensación extraña se apodera de mi ser, es algo inexplicable.
Eres tú esa obsesión que está dentro de mi, dentro de mi corazón, hasta ahora no he querido aceptarlo pero me he rendido, ya no lo puedo negar, simplemente eres tú y nadie más que tú.
Has penetrado en lo más profundo de mis sentimientos, eres tú esa fuerza que necesita mi alma para no morir, eres tú la razón de mi comportamiento, porque tú conquistaste a este pobre corazón dolido que ha sido lastimado tantas veces por las crueldades de esta vida.
Pero me pongo a pensar seriamente, ¿será que al fin y al cabo soy solo yo quien se ha tragado esta ilusión? Pero ¿por qué no aceptar este amor? ¿nada de lo que pienso es así? ¿He enloquecido?
No lo sé, lo único que sé es que eres tú la fuerza que me ayuda a respirar, eres tú todo lo que necesito para ser feliz.
Pensamientos como estos no se alejan de mi mente mientras sigo sentada bajo las sombras del árbol observando la maravillosa naturaleza y admiro ese sol inmenso que alumbra una luz brillante y pienso otra vez... Es así, eres tú como ese sol resplandeciente que sus rayos penetran en mi corazón y recorren mi cuerpo y mi ser y vuelvo a decir: ERES TÚ la razón por la cual sigo viva ¡y por la cual lucharé!
No hay comentarios:
Publicar un comentario